Gabriela Villalba Icono pop

La fama no la ha vuelto loca ni mucho menos, pero si ese fuese el caso, la cantante quiere tener listo su tratamiento y por esta razón, a mediados de este año empezará la carrera de psicología en México. “Paso mucho tiempo en hoteles cuando estoy de gira y creo que podría aprovecharlo para hacer tareas y estudiar una profesión a distancia”, comenta Gabriela Villalba. Ella es, indiscutiblemente, la joven ecuatoriana de mayor fama internacional y representa para la gente de su edad, que siguió su carrera desde que era una Kiruba, la prueba de que ningún sueño es demasiado atrevido.

A sus 23 años, y al cumplir dos años en el grupo chileno Kudai, la joven ecuatoriana con más proyección internacional, piensa en su futuro.

Gabriela habló con Vistazo antes de su último concierto en Quito. Sus primeros pasos fuera del país fueron difíciles. Experimentó un largo proceso para integrarse al grupo chileno Kudai, para entender la dinámica del grupo y para lograr la aceptación del público que al inicio la veía como “el reemplazo de Nicole Natalino”, la ex integrante que dejó el grupo por desacuerdos con el mánager.Dos años han pasado, “Nada es para siempre” repite y quiere que el futuro no la sorprenda sin título y con las manos en los bolsillos. Trabajar como artista en escenarios internacionales es rentable y en cuestión de dinero Gaby es muy cuidadosa. Su padre le administró las cuentas al inicio pero cumplidos sus 23 años decidió tomar las riendas.Tiene su dinero en una cuenta de ahorros y parte de esa suma, que cuenta entre risas no llega al millón de dólares, invertirá en una productora de televisión.“Es otra de mis pasiones. Después de la psicología vendrán mis estudios en producción de televisión”, dice la ex rubia que por pedido de su grupo se tiñó el cabello de negro.Kudai acaba de lanzar su tercer disco Nadha, en el que incluyen 12 temas con los que hacen un llamado de atención para evitar la destrucción del planeta. “Es difícil levantarte todos los días en un país diferente.

Kudai acaba de lanzar su tercer disco Nadha, en el que incluyen 12 temas con los que hacen un llamado de atención para evitar la destrucción del planeta. “Es difícil levantarte todos los días en un país diferente.Estar ocho horas en un avión y no alcanzar a cambiarte o lavarte los dientes antes de una entrevista. Y lo más duro, no estar con los tuyos en los momentos especiales de casa”, dice Villalba. Mientras tanto su residencia está en Ciudad de México en donde no niega la posibilidad de comprarse alguna propiedad.Su abuelita materna es quien la mantiene informada de las noticias del país y quien le contó sobre el re encuentro del grupo Kiruba, quinteto al que ella perteneció y con el cual pisó por primera vez los escenarios. Las ex integrantes la invitaron por correo electrónico pero comentaron que ella no respondió.“Lo único que sé es que un artista tiene que ser muy grato, muy trabajador, sumamente disciplinado y tener metas claras. Si quieren volver a reunirse como grupo, les deseo suerte”.Por ahora Gaby se siente realizada. De vez en cuando esa felicidad hace que una interrogante ronde por su cabeza. “A veces digo: Diosito Santo, ¿será que me merezco tanto? Y me respondo: fui una chica con tanta suerte pero además tuve que esforzarme muchísimo, levantarme de caídas y aprender”.Salud, dinero ¿y amor? Una risa pícara la delata. El amor siempre la ronda porque es enamoradiza, pero sostiene que aún no ha podido encontrar al candidato idóneo para compartir su estilo de vida.

A Villalba la recordamos como la chica “linda” y rubia de Kiruba que dice estar contenta ahora con su cabello oscuro, viste de negro estilo dark, perfectamente maquillada con labios blanquecinos pero con su toque personal, tan personal que el diseñador Carlos Mera le obsequió un atrevido vestido negro gótico, que se puso pero con un top por debajo. “Cuando estoy en mi casa soy la Gaby de pijama siempre”, y recuerda cuando compartía taxi con la actriz Carolina Jaume para ahorrar dinero y visitar los canales. “En agosto iré a Guayaquil a comerme unos cangrejos con mi amiga, pues tomaré vacaciones”.Dice que le gusta la comida mexicana pero la primera vez que la probó se le hinchó la boca, que no se haría cirugías plásticas ni siquiera un retoque a su lomita en la nariz. “Me he vuelto muy fan de la moda como forma de expresión, de comunicar algo con la ropa”.Al preguntarle si Kudai da ingresos para vivir tranquila, contesta: “Sí, suficientes”, asegura la joven que terminó dando una lección a quienes no le auguraron futuro como cantante.

Creditos: Rosa Elena Vallejo / Vistazo